La presidenta de la Sala IV, Ana Virgina Calzada, expresó varios justificativos para el reciente fallo favorable al proyecto minero. Especialistas y científicos del país y el extranjero han refutado cada uno de sus argumentos. Veamos los cinco principales puntos que hicieron a Calzada fallar a favor de la empresa, en vez de a favor del ambiente, el país y su gente.


1. No afecta mantos acuíferos y el agua de los mismos no es potable

Debajo de Crucitas hay un acuífero de tipo regional que, aunque aparentemente no contiene agua potable, es agua que abastece a los ecosistemas acuáticos de la zona. La mina en  Crucitas hará un hueco de 50 metros y, en algunos puntos, llegará muy cerca de este acuífero y lo pondrá en peligro de contaminación o ruptura. El Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (SENARA) nunca realizó ningún estudio de campo, y se basó sobre datos aportados por la empresa en un tiempo record de 48 horas, sin posibilidad de verificar ni corroborarlos.

2. Habrá más árboles cuando acabe el proyecto

El proyecto minero de Crucitas destruirá unas 200 ha de bosque primario tropical. Se trata de un ecosistema maduro con una inmensa cantidad de especies de árboles centenarios que tardarán cientos de años en volver a regenerarse. Incluso, se desconoce la forma de reproducción de algunas de las especies existentes allí. Los viveros que la empresa mostró a la magistrada Calzada, con los cuales se proponen restaurar áreas para compensar el bosque destruido, contenían unas pocas especies de árboles comunes y fáciles de reproducir incluyendo una abrumadora mayoría de árboles de tempate, una especie exótica utilizada para producir agrocombustible.

Lo importante no es el número de árboles, sino el tamaño, la diversidad y las especies que se cortarán en Crucitas, además de las comunidades de animales asociadas a ellas. En una plantación de melina puede haber más árboles que en un bosque de la Península de Osa, si contamos el número de troncos por hectárea, y no por eso es más valiosa la plantación que el bosque. Si hablamos de un árbol de almendro o de tostado de 100 cm de diámetro (como son algunos de los que cortarían en Crucitas), estaremos hablando de cerca de 200 años de crecimiento. En la lista de árboles de Crucitas hay 24 especies de árboles en peligro de extinción, muchos des los cuales la empresa no está sembrando. Por otro lado, después de que la minera haya terminado sus excavaciones, el suelo original habrá desaparecido y su reposición es un proceso lento y muy variable, según toda la información científica disponible.

Además, en Crucitas no sólo hay árboles: hay 31 especies de anfibios y 33 especies de reptiles; 172 especies de aves, incluyendo 29 especies de que dependen totalmente del bosque (incluyendo la lapa verde); 29 especies de peces, incluyendo al pez gaspar; 63 especies de mamíferos, incluyendo 13 especies amenazadas que usan el sitio como lugar de paso, alimentación o refugio; 83 géneros o especies de insectos acuáticos, que indican una condición buena y relativamente libre de contaminación de las aguas. La pregunta sería, cómo repondrían toda esta complejidad ecosistémica?


3. El cianuro no entra en contacto con el ambiente

Las predicciones de la empresa, suponiéndolas como buenas, reconocen que tendremos una laguna de desechos mineros con concentraciones "bajas de cianuro", y con una alta probabilidad de liberar metales pesados, que son más tóxicos que el mismo cianuro. Si están presentes en una laguna sí estarán en contacto con el ambiente. Esta realidad es aceptada por el mismo estudio de impacto ambiental de la empresa. La magistrada Calzada no entendió esta parte. Por otro lado, ningún especialista independiente ha realizado un análisis sobre la calidad o eficiencia del sistema de descontaminación del cianuro que usará industrias Infinito. Todo ha dependido de criterios ofrecidos por la misma empresa minera, que la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) ha aceptado sin un verdadero análisis crítico por especialistas preparados. Por lo tanto, todavía no sabemos qué tan cierto es lo que la empresa dice sobre el cianuro. La magistrada Calzada no puede estar tan segura.


4. Toda actividad humana tiene impacto ambiental

Sí, pero ninguna se compara a la minería de oro a cielo abierto.

La minería extractiva metálica a cielo abierto es tal vez la actividad humana más destructiva del ambiente. No existe, en los países tropicales, ninguna experiencia exitosa en este sentido. En otros países, por ejemplo, la actividad minera ha sido prohibida, como en Alemania donde consideraron que los daños ocasionados son irreversibles. Infinito Gold no cuenta con ninguna experiencia previa en zonas tropicales húmedas, ya que su proyecto en Las Cristinas (Venezuela) fue suspendido  por el gobierno de ese país.

Ubicar un proyecto de esta naturaleza en una zona tan vulnerable (desde el  punto de vista biológico e hidrológico) y que constituye el último santuario mundial para muchas especies en vías de extinción, es contradecir e ignorar el modelo país que Costa Rica ha desarrollado en los últimos 30 años.


5. No hay lapas verdes en la zona de crucitas

Sí hay, han sido fotografiadas, han sido registradas en inventarios biológicos de los primeros estudios de impacto ambiental de las empresas mineras en la zona. Además, existen mapas actuales de distribución producidos por el Centro Científico Tropical después de más de 15 años de investigaciones que demuestran que sí existen. LA empresa y la Sala IV dicen que no hay nidos, pero tampoco ha habido mucha oportunidad de buscarlos, en presencia de los guardas de la empresa en el área de bosque. Sin embargo, eso no es lo más importante. Se ha registrado el uso de este bosque por lapas que pasan y que la utilizan como lugar de alimentación o refugio temporal. Este tipo de bosques están desapareciendo de la zona norte y Nicaragua.

Texto: Jorge Lobo, Javier Baltodano, Nicolás Boeglin (del grupo de académicos, técnicos y científicos Llamado urgente por el país).

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