Editorial del programa de Radio Voces y Política, 9 de febrero del 2022.

Muchas lecturas se pueden hacer de los resultados electorales del domingo pasado. En el programa de Voces y Política hemos tratado de dar algunas luces desde distintas perspectivas sobre el devenir electoral desde las encuestas, los expertos, los sectores sociales y territoriales. Sobre estos dos últimos, hoy queremos profundizar pues una de las sorpresas fue el abstencionismo que alcanza cifras históricas en muchos territorios fuera del Área Metropolitana.

Desde la participación podemos señalar que la gran cantidad de candidatos y partidos jugó como un efecto de mareo y confusión en el electorado. Tal parece que la cantidad no dejó de ver la calidad y sobre todo dificultó que se llegara la claridad para muchos de los electores que estaban indecisos y terminaron finalmente absteniéndose de votar. Cantidad no es sinónimo de diversidad pues los planes, mensajes y estímulos de la campaña terminaron siendo, para muchos indecisos, ruido y humo.

El Semanario Universidad en una nota clave lo reafirmó diciendo en su título: “Votos blancos y nulos superan a 19 partidos políticos en estas elecciones presidenciales”, esto reafirma que mucha gente piensa que el voto nulo o en blanco es mejor que apoyar a la gran mayoría de opciones electorales; lo que impactó también el resultado del partido oficialista, del PIN, Movimiento Libertario, Restauración Nacional, entre otros que ya habían alcanzado presidencias, diputaciones, regidurías y sindicalías en los últimos cuatro comicios.  Asistimos a una especie de movilidad electoral en lo inmediato, porque en la política todo es relativo y un poco líquido también.

Si le sumamos que casi un millón setecientas mil personas se abstuvieron de votar, nos damos cuenta de que el “ganador” lo hace aproximadamente con tan solo un 14% del padrón electoral, es decir, 1.4 personas de cada 10 con derecho a votar y el segundo lugar apenas con un 8% de 3 500 000 de personas electoras. Lo que representa 0.8 personas de cada 10.  Una minoría eligiendo y decidiendo sobre todo un país.

¿Cuál legitimidad?, ¿cuál representatividad’, ¿cuál gobernabilidad?, y ¿cuál capital político tendrá el siguiente gobierno? Con esos resultados son muchas las preguntas que surgen.  En esta lógica de comportamiento electoral es previsible un aumento del abstencionismo para la segunda vuelta electoral. Lo que implica que continúa la sensación de incertidumbre.

Este proceso de deslegitimación del sistema tiene responsables por acción o por omisión, el bipartidismo que aparentemente sale favoreciéndose de este abstencionismo y claramente es el ganador de la conformación legislativa o del Congreso. Las principales bancadas de los partidos históricos se han resistido a realizar reformas al sistema electoral y a la existencia de una ley de partidos políticos. Las enormes desigualdades en el acceso al financiamiento público y los medios de comunicación en esta ocasión dejan clara la desigualdad con que se compite en las elecciones en este país.

El Tribunal Supremo de Elecciones hace bien la gestión administrativa y judicial del proceso electoral, pero no genera alternativas de reforma urgentes en materia de financiamiento, en propaganda, en una franja electoral abierta en los medios de comunicación o en listas de diputados independientes. En fin, para proponer una democracia más moderna y funcional.

A la campaña le faltó juventud, le faltó la realidad de las costas, fronteras y ruralidades, le faltaron los pueblos indígenas y afrodescendientes. Como cada cuatro años, nos vemos en medio de campañas electorales pensadas desde, para y por el vallecentralismo.

Con el manejo, por ejemplo, del tema de acoso sexual y el trato en especial a una de las candidatas, salió ganado la misoginia y el machismo, quedando claro que los derechos de las mujeres no son prioridad. Y nos preguntamos si es extraño que un porcentaje importante de jóvenes y mujeres formen parte del grupo de abstencionistas.

Un pequeño empresario turístico del Río Pacuare -de don Álvaro- que en plena pandemia fue embargado por la banca pública que recogía propiedades de muchos de los microempresarios mientras invertía “inmoralmente” -como señaló el ministro de Hacienda don Elian Villegas- en créditos en otros bancos en vez de prestar la plata. Don Alvaro perdió el esfuerzo de toda la vida, tuvo que despedir a sus empleados, cambiar de domicilio y fue tanta la pena que un ataque al corazón casi lo mata. Él comentaba que sentía que el Estado y la banca pública eran como un sistema piramidal de estafas, y que él ya no quería ser parte de esta pirámide. En su situación tenía que escoger entre pagar la gasolina para ir a votar o para ir a una cita de cardiología en Limón.

Es importante señalar que la virtualización de la campaña sigue excluyendo a buena parte de la población que no está conectada, que son las mismas familias que no tuvieron acceso a la educación virtual en los últimos meses.  En ese sentido, hace falta cruzar los datos de exclusión y desigualdad con abstencionismo. Lo que es un hecho con los testimonios que recogimos para hoy, es que no hubo ni siquiera panfletos como en otros años que nos decía Grace Vargas, la dirigente campesina en Osa. También nos reiteró Alix Guerrero, mujer molusquera en Punta Morales, que por ahí no llegó ni un solo candidato.

Hoy escucharemos testimonios de personas de estas comunidades, de las otras “costaricas”, que explican como analizan los resultados electorales desde su realidad en el proceso electoral. Para ello también contamos con la participación de Erlinda Quesada, quien es dirigente de la comunidad de Guácimo y quien también fue regidora en dos ocasiones en la Municipalidad de Guácimo.

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