José Solano Educador y Ambientalista diarioextra.com

El fantasma vuelve a merodear por nuestros bosques. Pero no son los espíritus de los árboles, ni los protectores de las fieras, las aves o los insectos. No son los destellos que vigilan la calma y los misterios de la jungla y que se manifiestan en tímidas luciérnagas que prenden y apagan cuando cae la tarde. Se trata, más bien, del fantasma de la muerte, la que viste de oro, pestilente de cianuro, vomitando lodos tóxicos, carcomiendo la tierra y la roca con su lengua mecánica y sus dientes de acero. Es la muerte que se viste con furia asesina, que mata por avaricia, que se burla de la justicia y manipula las leyes a conveniencia.

Lo anterior expuesto podría parecer un fantasioso cuento de terror, pero es la realidad. B2Gold, a través de su subsidiaria Metales Procesados S. A., pretende retomar la minería en Miramar de Puntarenas, a pesar de la catastrófica experiencia de 2007 en la mina Bellavista, cuando la geomembrana (lo último en tecnología según las empresas mineras canadienses) tuvo una fractura, dejando salir agua con materiales tóxicos para ser depositados finalmente en el río Ciruelas, contaminándolo por completo.

Ahora, Metales Procesados S. A. está empecinada en reabrir tan nefasto proyecto minero, presentando un Estudio Conceptual que no es otra cosa que un remiendo del fallido Estudio de Impacto Ambiental (EIA) propuesto a mediados de la década de los noventa. Este mismo Estudio Conceptual ni siquiera tiene fundamento jurídico según los expertos, pues la empresa minera debería presentar un nuevo EIA y no los tristemente célebres bacheos a los que nos tienen acostumbrados las empresas y sus compinches del gobierno.

Acostumbrada o no, la Secretaría Nacional Ambiental (SETENA) parece hacerse de la vista gorda con respecto a la empresa minera. El EIA actual no tiene ningún tipo de fundamento, quedó claramente demostrado que dichos estudios fallaron y quedaron debiendo.

Este proyecto necesita, en definitiva, la presentación de un EIA, no remiendos ni bacheos. La ciudadanía debe estar pendiente de este reintento de socavar nuestro medio ambiente, le debe dar seguimiento a las funestas actuaciones de SETENA, cada vez más complacientes con el capital y la presión política y menos dedicada a su verdadera labor como lo es el desarrollo sostenible.

SETENA ha dejado mucho que desear: Hotel Riu, Cementos David, Proyecto Minero en Crucitas, agroindustria piñera, las marinas, ahora Mina Bellavista, entre otros. O recuperamos SETENA para el pueblo y el ambiente, o la seguimos dejando en manos de zopilotes depredadores. Exijamos el cumplimiento de la ley ambiental.

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