La bitácora de Ebrahim Asvat (*)
Fuente: elpais.cr
En vez de llamar a un diálogo a los medios de comunicación para hablar de la libertad de expresión el gobierno deberías mostrar su agradecimiento con los periodistas,  los valientes voceros de la sociedad civil y de la ciudadanía que se atreven a levantar voces de protesta sobre algunas de las medidas impopulares que se pretenden imponer.

Si no es por los organismos de la sociedad civil y los medios de comunicación en nuestro país terminaríamos derogando todas las leyes del medio ambiente. La visión empresarial de corto plazo seguiría mirando a los ambientalistas y la protección del medio ambiente como un freno al progreso y el desarrollo.

Si no fuera por la sociedad civil y los ciudadanos indígenas las comarcas terminarían en manos de empresas mineras sin reconocer el derecho de los indígenas panameños a conservar o tener una vocería sobre lo que acontece en sus tierras.


Qué sería de la corrupción y la malversación de fondos sin el ojo crítico e impertinente de los medios de comunicación. 

Un ministro podría transferir la propiedad de un hotel pagando 23.10 en impuesto de transferencia.  Otro ministro podría comprar linternas a $50.00 dólares.  Un procurador podría pasar agachado frente a tanta irregularidad en el Ministerio Público. Los obreros perderían el código de trabajo y sus conquistas sociales. Un magistrado no tendría que renunciar por su injerencia en asuntos relacionados con la personalidad interna del Estado. Un constitucionalista no tendría por qué dejar de ser el coordinador de unas reformas constitucionales. Un Director de Aseo no tendría que salir a justificar los dineros recibidos en campaña. Una autoridad con rango de Ministro pasaría agachado sin visa a los Estados Unidos. Los Wikileaks no saldrían a la luz pública.  Las estadísticas de crímenes y homicidios serían un secreto de Estado.

Sin los ojos y oídos de los medios de comunicación y la sociedad civil, el gobierno no tendría frenos para hacer lo que le venga en gana. Seríamos una especie de finca donde todos obedecen al Señor Patrón. Lo que el gobierno debería preocuparse es porqué existen pocas voces críticas y el  temor a represalias. Si los ciudadanos se sienten atemorizados sólo esperan el momento oportuno para sacarse el clavo.

Como existen elecciones cada cinco años, sacarse el clavo es sólo cuestión de tiempo.   Mantener el país en permanente zozobra exige a la ciudadanía continuar en  estado de alerta.  Cada vez son más los panameños que empiezan a preocuparse. Las condiciones económicas inflacionarias aunque por causas exógenas contribuyen al proceso de concientización. No hay que ser graduado de Harvard para saber esto.

El libre debate de ideas no tumba gobierno.  Ayuda a los gobernantes a gobernar. Las voces críticas son en realidad una válvula de escape para evitar fenómenos sociales violentos. Si acallamos las voces críticas lo único que garantizamos es el diluvio.

(*) Abogado y periodista

 

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