Fuente: Nora Garita diarioextra.com

No se trata simplemente de transitar por la vida caminando por ella. Se trata de que a veces hay que hacer algo por defender la vida misma.

La Caminata por la vida inició el pasado 23 de agosto, a las seis de la mañana, y terminó al mediodía del domingo en la capital. Recorrió Boca Arenal, Ciudad Quesada, Zarcero, Grecia, Heredia. A su paso, las comunidades aledañas gritaron “¡Sí a la vida! ¡No a la minería a cielo abierto!” Se le sumaron ambientalistas nicaragüenses pertenecientes a la Fundación Proteccionista del Río San Juan y un grupo de jóvenes panameños. Grupos ambientalistas de las regiones cercanas desde su sitio en Internet www.zonanorteresiste.org manifestaron el repudio popular al proyecto. La Coordinadora Ni una sola mina también se incorporó a la caminata.

A este rechazo por la minería a cielo abierto se ha sumado un comunicado de distinguidos profesionales del país (Surcos: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. ).Explican que la concesión otorgada por el gobierno anterior a la empresa Industrias Infinito el 21 de abril del 2008 es nula, puesto que fue emitida mientras estaba vigente la moratoria minera decretada desde junio del 2002 por el entonces Presidente Pacheco. Mientras el Tribunal Contencioso Administrativo estudia la validez o no de la concesión otorgada a la empresa, la Presidenta podría derogar el decreto de “interés público y conveniencia nacional”. Este documento le recuerda al gobierno que, en tanto administrador temporal de los bienes del Estado, “debe proteger para el momento presente y futuro la calidad de vida ambiental de las personas que viven y vivirán en el territorio costarricense”.

El decreto del gobierno anterior, que declaró el proyecto de minería en Crucitas “de interés público y conveniencia nacional”, no fue sustentado en ningún estudio jurídico, ni técnico. Un proyecto de minería que podría utilizar 5 millones de kilogramos de cianuro, ¿qué consecuencias tendrá sobre el suelo, los mantos acuíferos, las aguas superficiales, sobre la salud de las comunidades cercanas y los trabajadores? ¿Qué impacto turístico sobre una zona que quedará devastada? ¿En cuánto se afectará la diversidad biológica? Ya leímos en Página Abierta el llamado de alerta dado por el Parlamento Europeo de que en los últimos diez años más de treinta accidentes graves han ocurrido en minas a base de cianuro (Mora, Jorge, 10 de agosto 2010). Es imposible ignorar los derrames en México, Perú, Ecuador.


Tal vez el repudio nacional a este decreto sea difícil de observar si uno se informa solo a través de los medios de comunicación usuales. Pero Internet ha abierto posibilidades infinitas de alternativas de comunicación, que, si usted busca, le mostrarán una población que se organiza para defender los intereses nacionales y la vida planetaria por encima de las ganancias de una empresa protegida por decretos detestables.

Prosokioc