Por Zuiri Méndez (texto) y Andrés Cambronero(edición).El Día del Río Veracruz es el homenaje que la comunidad de Guacimal de Puntarenas le hace a la vida. Vida que protegieron hace un año, cuando durante 15 días, la comunidad se mantuvo, durante mañanas y noches, sobre la vía pública deteniendo la maquinaria que construía un canal de riego que se llevaría 75 litros de agua por segundo del Río Veracruz.

El 18 de febrero del 2016 les comunicaron que el Recurso de Amparo que antepusieron a la Sala IV, tenía lugar y que el Proyecto de Riego Sudagua para el Plan General de la Emergencia por Sequía en el Pacífico Central y Norte del país (38642-MP-MAG, 2014), debía detenerse porque no realizó el respectivo estudio de impacto ambiental.

Este canal de riego hubiera dejado a la comunidad tan sólo con el 16% del agua del caudal del río. Así que este sábado sonó la marimba y se encendieron los fogones. La feria que cada sábado abre sus puertas con comidas y productos de la zona, recibió a toda la comunidad para el festejo.

Se organizaron juegos para niñas y niños, la gente joven de la comunidad tomó los micrófonos para cantar. La organización Yarak Kanik se hizo presente para contar desde la cima de los zancos hasta los movimientos de breakdance de sus luchas por el agua en Aserrí en San José. El grupo Chikuncumbia trajo su violín, bongoes, guitarra y güiro para cantar Luna Liberiana y más sones que en conjunto a la marimba La Taca Taca nos hicieron bailar a todos, gentes de todas las edades y regiones.

Esta celebración es para quienes hace un año, según palabras de Jorge Gonzales: “detenían su carro mientras estábamos en el plantón y nos regalaban ollas llenas de arroz con pollo, o un saco de naranjas, o café. Era hermoso ver como llegaban siempre hasta con una caja de empanadas y comida deliciosa todos los días”. Por eso este sábado, una caravana salió hacia el Río Veracruz en donde el año pasado celebraron en las aguas del río libre para que muchos de quienes resistieron tuvieran su gustoso descanso en esas aguas limpias.

Como muchas comunidades que viven con la tierra en tantas latitudes del mundo, en Guacimal saben que así como lo dijeron comunidades en México -que se defienden su semilla criolla contra el maíz transgénico-, también es su lucha:  “sin una comunidad organizada no se puede defender el bosque, y si no hay bosque no puede haber agua que nazca de él y sin agua, no son posibles los siembros, ni la milpa, ni la comida para los animales, las familias, las semillas”.

Al día siguiente, luego de hacer el recuento de tanta gente linda disfrutando, bailando y cantado, Alex Alvarado afirma: “Esto no se hubiera logrado si no nos hubiéramos organizado. Las comunidades tenemos que juntarnos para protegernos porque el gobierno nunca lo va a hacer por nosotros”.

A veces hay historias que suenan como una música, las palabras de Alex me recordaron un texto de John Berger, que en particular revive su sentido porque en Guacimal, como en muchos pueblos de la región Chorotega, la música es un talento de cada habitante, que abre una conversación para enseñarnos a cantar con sus comunidades:

“Las canciones narran experiencias pasadas. Cuando se canta una de ellas, llena el presente. Las historias hacen lo mismo. Pero las canciones tienen otra dimensión que es únicamente suya. Mientras llenan el presente, las canciones esperan alcanzar el oído de quien escuche en algún futuro. Y se tienden hacia delante, más y más allá. Sin la persistencia de esta esperanza, creo que las canciones no existirían.” (Nº 993, 2014, Jornada Semanal)

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