Rocío Marín González. Periodista Oficina de Divulgación e Información

“La marina errante o: el mar que podría morir”, es el título del audiovisual que se estrenará este sábado 19 de julio, a las 6:00 p.m., en las instalaciones de la Feria del Agricultor de Puerto Viejo, Limón.

El vídeo, realizado por Pablo Ortega y Pepe Cerotti de la Unidad de Producción Audiovisual de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la Universidad de Costa Rica, profundiza sobre las consecuencias que podría provocar en el ambiente marino de Puerto Viejo y costas circunvecinas, la construcción de la Marina New World, que actualmente es evaluada por la Municipalidad de Talamanca, y cuyos estudios técnicos no han sido presentados ante la Comisión Interinstitucional de Marinas y Atracaderos Turísticos (CIMAT), del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).


Según lo explicó Maureen Rodríguez, del proyecto Kioscos Ambientales de la VAS, se espera que mediante la proyección de este vídeo y otras acciones informativas que ya se han emprendido en la zona en coordinación con el Comité Talamanca Unida/Caribe Sur, las comunidades que podrían verse afectadas se organicen para la resolución de esta problemática.

Entre otras cosas, el vídeo desmitifica el argumento que han esgrimido las autoridades de Talamanca en el sentido de que los corales están muertos, por lo cual esta marina no afectaría los ecosistemas marinos.

Tomas submarinas realizadas en la zona para esta producción muestran la existencia de especies marinas ligadas a la vida del coral y al crecimiento de pasto marino en el lugar, situación que también ha sido documentada en el sitio por el biólogo de la UCR, Juan José Alvarado.

El material también cuestiona el tipo de desarrollo que se quiere fomentar en Puerto Viejo y se presenta como ejemplo la relación costo-beneficio que se ha dado en Playa Herradura, en Garabito, donde desde el 2001 funciona la Marina Los Sueños, cuya existencia no se ha revertido en una bonanza económica para los lugareños, como algunos auguraban.

La producción está sustentada en datos obtenidos mediante investigaciones realizadas en la zona por especialistas en geografía, salud ambiental y biología de la Universidad de Costa Rica.

Entre las consecuencias que se temen para la costa Caribe tica si se construye esta marina están: la pérdida de biodiversidad que depende de los arrecifes y pastos marinos, la desaparición de tres hectáreas de arrecife vivo como consecuencia de los rellenos de piedra y arena en el mar, la interrupción del paso de organismos entre las áreas protegidas de arrecifes del Caribe Sur y la sedimentación y su consecuente efecto en otros arrecifes de Puerto Viejo, Cahuita y Manzanillo.

Asimismo se afectaría el paisaje que atrae al turista por la construcción de edificios, alambradas y parqueos y se pondría en riesgo la salud de las personas producto de la sobrecarga de desechos sólidos, aguas negras y servidas y la eventual fuga de contaminantes.

La posibilidad de instalar una marina en Puerto Viejo fue discutida por primera vez en febrero pasado en el seno del Consejo Municipal de Talamanca.

A partir de entonces, las fuerzas vivas de la localidad se organizaron y con el apoyo del proyecto Kioscos Ambientales de la UCR y de los estudiantes del Trabajo Comunal Universitario (TCU), se han dedicado a informar sobre la situación, a las personas que habitan y desarrollan actividades productivas en Sixaola, Punta Uva, Manzanillo, Puerto Viejo, Playa Negra, Punta Cocles, Playa Chiquita y Cahuita.

La marina de Puerto Viejo es solo una de 21 marinas más que se planea edificar en el país: nueve en Guanacaste y 11 en Puntarenas, con capacidad para el aparcamiento de 5 500 embarcaciones. Desde el 2007 se inició la construcción de la Marina Papagayo, en Guacanaste y de la Marina Pez Vela, en Quepos.

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