Desde los inicios de la administración Jensen Penington, los Programas Institucionales de Acción Social (PIAS) hemos participado de diversos procesos de consulta, elaboración, análisis y reflexión en miras a una necesaria y urgente actualización del Reglamento de Acción Social.

Todos estos esfuerzos por renovar dicho reglamento han tenido en común el interés, por parte del Consejo de PIAS y otros actores de la comunidad universitaria, de consolidar un reglamento robusto, pertinente y participativo. No obstante, existe una heterogeneidad en la forma en que se han llevado los procesos de participación, lo cual conlleva a una fuga de los aportes realizados por quienes ejecutan proyectos y programas.

No ponemos en duda que son las autoridades quienes finalmente deben decidir sobre estos procesos; sin embargo, hacemos un llamado para que estas decisiones evidencien las reflexiones construidas en todos estos años de consulta sobre este reglamento.

Recientemente, los PIAS fueron convocados a participar en la consulta para actualizar el Reglamento de Acción Social, en medio de una coyuntura bastante compleja: ataques externos a la Universidad y recortes presupuestarios, un proceso iniciado en 2019 y que se ha extendido durante el 2020. Todo esto atravesado por las enormes implicaciones generadas por la pandemia por COVID-19 y, además, por un proceso electoral, tanto para el Consejo Universitario (CU) como para Rectoría. Esta perspectiva plantea un escenario complejo en el quehacer de la acción social.

El año pasado hubo un proceso de consulta del reglamento y la propuesta generó muchas críticas por parte de varios sectores de la Universidad. En este sentido, este año se abrió otro periodo de consulta, mediado a través de una consultoría externa, la cual ha intentado desarrollar un proceso participativo sobre este reglamento. No obstante, somos conscientes de que la renovación del reglamento requiere que todas las interrogantes, pasadas y presentes, sean aclaradas en función de definir una normativa que permita la continuidad y progreso de la acción social.

Por eso, estamos totalmente de acuerdo con las afirmaciones hechas por la Dra. Isabel Avendaño Flores, Decana de la Facultad de Ciencias Sociales, en conjunto con las Comisiones de Acción Social (CAS) y los centros de investigación de dicha facultad, a través del oficio DFCS-324-2020 enviado el pasado 15 de setiembre a la Dra. Madeline Howard Mora, directora del CU. Allí se menciona la necesidad de que el proceso para definir el nuevo ReAS tenga un mayor alcance y se incluya la participación de personas responsables en las distintas actividades que abarca la Acción Social en la UCR, así como ampliar el plazo para sugerencias y aportes hasta mediados del próximo año, para tener más tiempo para poder elaborar y discutir sobre este importante reglamento.

De igual forma, la Dra. Avendaño y las CAS y centros de investigación señalan que en definitiva la pandemia ha dejado al descubierto elementos administrativos y operativos imprevistos para el buen desarrollo de la acción social, al igual que han emergido muchos vacíos en la actual relación Universidad-Sociedad, ya que muchos proyectos se han desvinculado de las comunidades.

Sobre el actual proceso de consulta, el Consejo de PIAS fue invitado a participar a través de un taller que concluyó con la entrega, por parte del Consejo, de un documento que incluyera el parecer de los programas de acción social invitados a este proceso. El desarrollo de la acción social desde la Vicerrectoría, a través de figuras como los actuales PIAS, es viable. Por lo tanto, seguiremos defendiendo esta idea, tal y como se ha venido realizando durante estos años, con el fin de enriquecer las dinámicas que emergen de esta instancia.

La elaboración de un nuevo reglamento de Acción Social debe ser con el fin de fortalecer las actividades que ya de por sí se generan desde este pilar del quehacer universitario. Bajo un enfoque de Universidad Humanista, es cuando más deberíamos estar hablando de un fortalecimiento conjunto de las tres actividades sustantivas de la UCR, fortaleciéndose mutuamente. Urge fortalecer la Acción Social que trabaja estrechamente con las comunidades y grupos sociales, colaborando de forma directa en las transformaciones que nuestra sociedad necesita y las que necesitará con el devenir de los años.

Fuente Semanario Universidad: https://cutt.ly/Xgo04yP 

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