Fuente Jimena Soto en crhoy.com

La Refinería Costarricense de Petróleo (RECOPE) se embarcó en un negocio que para la Junta Directiva es muy ostentoso, pero para los especialistas podría ser arriesgado y hasta ofrece muchas probabilidades de perder… Se trata de la construcción de una nueva refinería de combustibles en Moín, Limón.

 

El proyecto costará cerca de 1 400 millones de dólares. De éstos, el Banco de Desarrollo Chino prestará 900 millones de dólares, mientras que una “empresa conjunta” llamada SORESCO y conformada por la refinería china CNPC (encargada de llevar a cabo el proyecto) y Recope aportará los millones de dólares restantes; cada parte deberá desembolsar 185 millones.

Recope además, debe hacerse cargo de la remodelación de unas instalaciones que existen actualmente en Moín y que sirven como tanques de almacenamiento. Esto costará cerca de 127 millones de dólares.

Una vez terminada toda la obra e iniciadas las operaciones, Soresco, encargada de pagar el préstamo al Banco Chino de Desarrollo, le arrendará la planta a Recope, por un periodo de 15 años con opción de compra.

Con el pago de este alquiler, Soresco cancelará la deuda con el Banco Chino.

La nueva refinería ( junto con la remodelación de la que ya existe en Moín) permitiría procesar 60 mil barriles de combustible al mes, según dijo Jorge Villalobos, Presidente de RECOPE. Villalobos, asegura que la obra es vital para garantizar un inventario de combustible ante cualquier situación de crisis. ¿No sería entonces suficiente (y más barato) construir tanques de almacenamiento? Villalobos dice que no, que lo recomendable es que Costa Rica refine sus propios combustibles y que eso saldrá más económico. Pero, después aseguró que tampoco pueden dar garantía de que los precios finales de los combustibles bajen…

Pero el Ing. Jorge Rojas, Gerente General de RECOPE, contradice al Presidente de la misma institución. Según Rojas, “este es EL negocio de la administración Chinchilla, reducirá los precios de los combustibles de manera importante y traerá un sin número de beneficios, 1000 empleos en el periodo de construcción y 200 empleos permanentes una vez puesta en funcionamiento”. Rojas afirmó esto pese a que Villalobos fue claro, en repetidas ocasiones, en que al nueva refinería no significará una rebaja en los precios para los consumidores. Eso quiere decir que habría que invertir cerca de 3 500 millones de colones para crear cada uno de los puestos de trabajo de los que habla Rojas.

Por su parte, Leiner Vargas, economista y profesor Investigador del Centro Internacional de Política Económica de la Universidad Nacional, asegura que el negocio no es tan redondo como lo pintan y que, “ni ellos mismos (refiriéndose a RECOPE) saben claramente qué es lo que están apoyando”.

Vargas asegura que en el estudio de factibilidad que presentó Recope al Consejo de Gobierno y que fue realizado por una empresa también china hay una serie de inconsistencias que impiden evaluar cuál será el impacto real de la refinería.

“Hay un estudio contratado por Recope y bueno, después de muchas críticas, fue el que se presentará ante Consejo de Gobierno. Yo lo que noté es que, lo que había detrás es una gran nube de humo alrededor del tema, porque se dice que la rentabilidad sería de 16% (durante la vida útil del proyecto) y, cuando hacemos el análisis, nos damos cuenta que, primero hay una serie de errores gravísimos a la vista y el flujo de efectivo no da ni siquiera para un 5% de rentabilidad”, comentó el economista. Eso quiere decir que, de ser cierta la aseveración de Vargas, para llegar a la rentabilidad del 16% sería imprescindible subir -de manera significativa- los precios de los combustibles…

El análisis se realizó en el seno de una reunión de especialistas en el campo de la Universidad Nacional (UNA). Después de este, la Junta Directiva de Recope, invitó a Vargas para que explicara sus hallazgos con respecto al proyecto, pero, de acuerdo con el doctor, no le prestaron atención a ninguna de sus recomendaciones.

“Después del análisis que hicimos, me convocaron a una sesión de la Junta Directiva con el presidente ejecutivo de Recope y noté que, efectivamente, no tenían ni idea de lo que estaban analizando. Les hice saber que estaban equivocados con los cálculos maravillosos que tenían y lo que me dijeron fue que contratarían otro estudio pero que continuarían adelante con el proyecto”, comentó Vargas.

Jorge Villalobos, Presidente de RECOPE, explicó que el estudio de factibilidad lo realizó una empresa de gran reconocimiento a nivel internacional y que fue avalado por la auditora Honeywell, que, a su vez, identificó varios aspectos anómalos, como que en el estudio no se incluía la cantidad ni la calidad del producto. De acuerdo con Villalobos, esto se corrigió, pero curiosamente fue otra empresa diferente a las dos primeras, la que revisó los cambios. ¿Por qué no contratar a la misma auditora que señaló las inconsistencias para evaluar los cambios? Villalobos aseguró que no había necesidad de que fuera la misma y que la nueva empresa auditora también era muy reconocida.

Por otra parte, Villalobos señaló que el proyecto es de suma importancia para el mercado energético nacional, pero aseguró que a pesar de la gran inversión que se hará, no pueden garantizar que los precios del combustible bajen, puesto que dependen del precio internacional del petróleo.

“Un negocio de tanto riesgo y tan costoso en una economía que esta perdiendo interés en lo que producirá, me parece que, o es muy torpe o no hay claridad del todo en los réditos que traiga”, dijo el economista.

Según Vargas, el estudio además muestra ingresos en los primeros años, incluso antes de finalizar la construcción, lo que no es posible porque la empresa no estaría operando. Otro error que señala Vargas es que, en lugar de tener escenarios de márgenes de refinación (margen de riesgo), que son los que dependen del precio del petróleo, (cuando el petróleo sube el margen sube y viceversa), se establece el punto más alto de los precios, por lo que la rentabilidad solo depende de que los precios estén altos. De acuerdo con Vargas, eso demuestra que las conclusiones estarían sesgadas.

Otro punto que señala el estudio de los especialistas de la UNA es que las instalaciones actuales en Moín no se incluyeron en la inversión, por lo que pareciera que Recope la está regalando. Tampoco se describe en el proyecto la tecnología que se utilizará para que la refinería opere.

Pero ¿cuál es el impacto de este negocio, de acuerdo con los especialistas? Vargas explica que el Banco de Desarrollo Chino prestaría el dinero, no lo regalaría, por lo que habría que pagarlo. ¿Cómo? “Con el 16% de las utilidades ¿Y si no se obtienen? Esto obligaría a la Aresep (Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos) a tener unos precios equivalentes (de los combustibles) para sostener la inversión. El problema es que esto se traduciría en tarifas más altas para los usuarios costarricenses, de modo que Recope no perdería, quien pierde es el consumidor costarricense”, dijo Vargas.

Soresco se defiende:

De acuerdo con Mario Gómez, de la Junta Directiva de Recope, un grupo de 20 a 30 técnicos se presentaron ante la junta y avalaron los estudios realizados por las empresas extranjeras. “Si el señor Vargas sabe más que estas personas, pues que se reúna conmigo y me explique sus puntos”, dijo Gómez.

Gómez explicó además que las críticas responden a juicios de valor de personas que no tienen punto de vista científico para referirse al proyecto. “Este mundo es un mundo de realidades, yo quisiera que fuera un mundo sin petróleo, sin energías limpias, yo no puedo condenar a mis nietos al subdesarrollo esperando a que lleguemos a tener una tecnología que ni los más desarrollados han podido implementar, como lo son las energías limpias”.

También dijo que esperaban que los precios se mantuvieran o bajaran pero que “la perspectiva es que va a haber ahorro, con gasolina de mayor calidad y menos contaminantes. Pero, si yo como costarricense tuviese que pagar la gasolina más cara por eso, con gusto la pagaría y si no la pudiera pagar mejor utilizo otros medios de transporte”, en palabras de Gómez. Entonces, ¿por qué no importar gasolina de mejor calidad en lugar de invertir 1 400 millones de dólares en una refinería?

Falta de transparencia empaña proyecto

El jueves anterior, representantes de Recope se reunieron con diputados de la Asamblea Legislativa para presentar el proyecto y varias fueron las reacciones que salieron de la exposición.

Manrique Oviedo, legislador del Partido Acción Ciudadana (PAC), aseguró que, aunque no se opone al proyecto, le genera dudas el hecho de que hayan solicitado información a Recope y nunca la dieran, aunque en la reunión Villalobos se comprometió a tratarla con trasparencia.

“Nosotros hemos solicitado información sobre el proyecto y nunca se nos ha dado, no entendemos cuál es el recelo y pedimos que haya trasparencia en la información”,dijo Oviedo.

Por su parte, Manuel Hernández, diputado del Movimiento Libertario, se mostró preocupado por la enorme inversión que hay que hacer y explicó que nada garantiza que se recupere el gasto.

“Ellos explican que no hay seguridad de que el precio de los combustibles baje, entonces ¿cúal es la ventaja de un proyecto tan costoso?”, comentó Hernández.

Aunque el proyecto aún debe ser avalado por la Contraloría General de la República (CGR), la presidenta Chinchilla anunció su construcción con bombos y platillos en su discurso de rendición de cuentas el 1° de mayo, acción que también llamó la atención en el Plenario.

El viernes anterior, fue la misma Chinchilla la que inauguró una planta de abastecimiento de gas propano para una ruta de autobuses en Pavas, donde aseguró que Costa Rica está emigrando hacia los combustibles limpios y se aleja de los derivados del petróleo, por lo que para el 2015, el país debería tener acciones claras en cuanto a este tema…

Cuando se le consultó a la Presidenta si no representaba un contrasentido invertir tanto dinero en un proyecto como la nueva Refinería cuando por otro lado se hablaba de alejar al país del petróleo para el 2015, la Presidenta aseguró que “es necesario para abastecer el consumo de la población”. ¿Por qué entonces no construir tanques de almacenamiento en lugar de una refinería? ¿No sería más económico? No hemos recibido respuesta.

Periodista: ¿Es factible invertir $1400 millones en una refinería de petroleo si usted dice hoy que debemos emigrar a las energías limpias?

Presidenta: Si, porque recordemos que mientras se va haciendo la reconversión, todavía, la matriz de consumo de la población serán los combustibles derivados de petróleo. Como Recope no puede almacenar suficiente combustible se encarecen los productos.

Periodista: Pero ¿esto no se solventaría con una planta de almacenamiento, que es mucho más barata?

Presidenta: Es que, si procedemos a refinar va a haber un impacto positivo de los precios de los combustibles a la baja.

Periodista: Pero ¿Impacto positivo? ¿En qué? Porque el presidente de Recope aseguró que no se garantiza que los precios bajen con la refinería…

Presidenta: Bueno, ya yo respondí, alguien tiene alguna otra pregunta…

¿Cómo llegó China a este negocio? En el año 2007, se abrió una licitación para que empresas concursaran en la remodelación de la refinería, pero, de acuerdo con Rojas, todas las empresas que concursaron superan hasta en un 200% los presupuestos de Recope, por lo que se tuvo que cancelar el proyecto.

Cuando se iniciaron las negociaciones para restablecer relaciones diplomáticas con China, el presidente de Recope, le solicitó al entonces Presidente de la República, Óscar Arias, que consiguera inversión para el proyecto y, tal y como lo explicó el gerente general, se consiguió la inversión. El proyecto iniciaría construcciones en el 2013 y esperan que finalice en el 2015.

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