Acerca de una torre telefónica que la compañía del hombre más rico del mundo quiere instalar en un vecindario de Escazú
Franz Kurz en diarioextra.com. Exfuncionario internacional, residente en Escazú.

En forma radiante el hombre más rico del mundo está anunciando su próxima llegada a nuestro vecindario. Su mensaje es de altura -34 metros- en medio de nuestras viviendas familiares en Bello Horizonte. Lo hizo el 26 de mayo con impresionante cartel al lado de mi casa, anunciando que desde el 20/01/2010 tiene el aval de parte de MINAET y SETENA, vía Expediente D2-2999-10 y Resolución de Viabilidad Ambiental RVLA-0159-10.

Ante semejante obra gigante de ondas radiales, inesperada por los vecinos, ni mucho menos consultada con ellos, se mezclan asombro y temores con las promesas del nuevo vecino de que “estamos para servirles” y que “nuestra prioridad es usted”, al mismo tiempo que parece infringir el plan regulador que para este lugar prevé alturas máximas de 11 - y no 34- metros, y uso de suelo exclusivamente para residencias.

En un país en que se discute todo, algunos nos preguntamos por qué en 16 meses desde la resolución mencionada, ni hablar del tiempo necesario para su diligente (¿) elaboración al lado de nuestras casas, no supimos nada. No nos informaron ni consultaron a pesar de que somos gente con experiencia en ingeniería civil y electrónica, administración, leyes y salud; y por sobre todo conocedores del lugar que nos alberga y da calidad de vida y queremos preservar.

Antes de tirarnos a la calle como el otro día manifestó doña Laura que ella haría para defender los intereses de su vecindario, exigimos transparencia, buena información y ser oídos, sin tener que jugar de detectives para averiguar cómo -por ejemplo- se sustenta el dictamen de viabilidad ambiental, a sabiendas de que bajo la finca en cuestión corre agua; o enterarnos que algunos que colindamos desde hace casi dos décadas con ese terreno, no existimos según el “Endamiento de Finca” suscrito entre Inversiones Zuro SA y Claro.

Más preocupante e irresponsable me parece la afirmación del nuevo vecino que hace en un folleto informativo (¿) que el día del “cartelazo” encontré en mi buzón, de que “en la parte de salud pública existen estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que afirman que no existen efectos adversos a corto o largo plazo producidos por las señales de radiofrecuencia (RF)”, asegurando además que “ninguna onda radial afectará su entorno o su salud“.

Sorprendente. Francamente encuentro esto una sorprendente interpretación de lo que dice la OMS al respecto (mi traducción del inglés): “creciente exposición a campos RF ha hecho que sus efectos en la salud humana sea un tópico de preocupación para científicos y el público en general. La nueva Agenda de Investigación RF de la OMS identifica necesidades de investigación en ciencias básicas relevantes para determinar el riesgo.”
“Esta Agenda identifica áreas prioritarias para la acción, entre ellas estudios de los efectos de campos electromagnéticos sobre (i) niños de diversas edades y (ii) los efectos de exposición prenatal y de recién nacidos en cuanto a su desarrollo y comportamiento”.

Cualquiera que estuviera interesado -o debería de estarlo- en saber más respecto a los amplios programas de la OMS en respuesta a preocupaciones directamente relacionadas con ”nuestra” torre, puede hacerlo consultando la página web de la organización: www.who.int/peh-emf/research/agenda/en/index.html
Según mis enseñanzas en mi país, este silencio oficial y –peor- la información intencionada del folleto, clasificaría como falta a la transparencia y a la verdad. Recuerdo cuando de niños hicimos algo reprochable como decir mentirillas, nuestra madre alemana nos regañó con un severísimo “Schlimm-Schlimm!”.

Prosokioc