José Antonio Salazar Álvarez Geógrafo nacion.com

El editorial de 18 de marzo, a propósito de la visita de Al Gore al país, hace un análisis correcto de la necesidad de desarrollar energía limpias para sustituir la generación con diésel, que arroja a la atmósfera toneladas de contaminantes. Hasta aquí el editorial es coherente.

Sin embargo, comete algunos errores de apreciación e información que es necesario señalar. Cuando analiza la oportunidad de generar energía limpia con agua y geotermia, alude a los parques nacionales. Cito textualmente: “Esos recursos están en el subsuelo próximo a los volcanes, casi todos protegidos por el sistema de Parques Nacionales. Cumplen una función ambiental indiscutible, pero no nos hemos planteado con seriedad la relación costo-beneficio”. Seguidamente, hace alusión a la necesidad de modificar las leyes y abrir los parques nacionales a la generación de esas “energías limpias”.

Ciertamente, la función ambiental de los parques nacionales es indiscutible e irremplazable. El aire limpio y el agua pura que emana de esas montañas protegidas nos mantienen saludables y dan vida a la agricultura y ganadería del país, a la industria y a todos los seres vivos que pueblan Costa Rica.

Es falso, además, que no se haya estudiado con seriedad la relación costo-beneficio de los parques nacionales. De acuerdo con un estudio de la Universidad Nacional y el Cinpe (Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible), publicado por este diario en 2010, los beneficios que le generan al país las áreas silvestres protegidas rondan ¢778.000. millones al año, distribuidos entre todas las actividades turísticas relacionadas con ellos. ¿Cuántos empleos directos e indirectos genera esta industria sin chimeneas?

Seguramente, los vecinos del Parque Nacional Volcán Póas, de Manuel Antonio y Quepos, Arenal, Monteverde, Irazú, Tortuguero y otros más, estarían deseosos de responder. El mismo Cinpe señala que para 2009 los ingresos derivados de estas áreas representaron el 4,5 del PIB ($1.357 millones).

Hay otra riqueza que no se ve, pero que es significativa. Costa Rica protege el 5% de la biodiversidad del planeta, en 13.000 especies de plantas, 2.000 de mariposas, 183 de anfibios, 258 de reptiles, 850 de aves, 231 de mamíferos y 130 de agua dulce.

Usufructo del agua. Necesita el editorialista informarse mejor. La empresa privada hace rato usufructúa del agua que se origina en nuestros parques nacionales y reservas afines para producir energía eléctrica. A 24 plantas hidroeléctricas privadas el ICE les pagó $1.500 millones. “Coneléctricas” en San Carlos es prueba de ello. Y esto, sin invadir áreas silvestres protegidas.

En cuanto a sacar provecho de los volcanes, es necesaria más información. ¿Necesita realmente el ICE penetrar a las áreas protegidas para aprovechar ese recurso? Que responda el Instituto. Lo que sí es cierto, es que invadir o sonsacar recursos de las áreas protegidas es peligroso por la fragilidad de los ecosistemas tropicales. Podría ser peor el remedio que la enfermedad. ¿Estamos, por otra parte, dispuestos a hacer los estudios de impacto ambiental con la seriedad del caso?

Si la respuesta son los estudios “machoteros” e irresponsables, que a diario supuestos desarrolladores presentan, para justificar el asalto a nuestros recursos naturales, entonces estaremos condenando a muerte a uno de los sistemas de aéreas silvestres protegidas más exitosas del mundo, a pesar de la desidia para con ellas, de todos los Gobiernos. ¿Cómo sustituir los recursos, salud y empleos que genera esta industria limpia? Tal vez el editorialista pueda responder.

Más allá del utilitarismo. Por otra parte, no hay que plantear el problema desde una perspectiva puramente utilitaria y simplista. Al Gore es claro. El calentamiento global es una realidad. Es el producto de sistemas productivos inadecuados y políticos ambiciosos e irresponsables, que han antepuesto sus intereses a los del planeta y, con ello, han comprometido el futuro de la humanidad.

Revertir esto es sumamente difícil, pero hay que luchar y proponer soluciones verdaderas. La industria verde es el camino que hemos escogido.

Nuestros parques nacionales, afortunadamente, están consagrados en el altar de la patria.

Prosokioc