Editorial del Programa de Radio Voces y Política, 5 de mayo, 2021

En la noche del 30 de abril murió el Dr. Mario Oliva Medina profesor de la Universidad Nacional. Fue un fecundo investigador, escritor y ensayista nacido 1956 en Puerto Montt Chile y llegó a Costa Rica en 1976 donde se formó y genero una gran trayectoria académica.

El escritor Adriano Corrales Arias escribió “Mario se aquerenció en este su segundo terruño y lo amó como pocos. La academia, la cultura y el país en general tienen mucho que agradecerle; su aporte es fundamental para comprender las luchas y vicisitudes de nuestro pueblo”.

Su larga vida universitaria de casi cuatro décadas inicio con su estudio en Historia, maestría en Estudios Latinoamericanos, Doctor en Artes y Cultura Centroamericana, Certificación posdoctoral en la Universidad estatal de Río de Janeiro.  Ejerció de profesor en la Facultad de Ciencias Sociales y en el Centro de Estudios Generales donde, además, fue Decano. En la Facultad de Filosofía y Letras, se desempeñó como coordinador de los posgrados del IDELA, Impartió cátedra en los programas de maestría y doctorado en Estudios Latinoamericanos y Pensamiento Latinoamericano, de esa Facultad. Fue vicerrector de Extensión (2010 -2015) y dirigió el Instituto de Estudios Latinoamericanos IDELA (2015-2020).

Su labor como de catedrático la acompañó con la de conferencista internacional, investigador en temas de historia intelectual, revistas culturales y pensamiento y estudios culturales latinoamericanos. 

Su colega y amigo Rogelio Cedeño Castro escribió “su vida no transcurrió en vano puesto que nos dejó un inmenso aporte en el campo de la cultura, de la producción de conocimiento histórico sobre el pensamiento latinoamericano, y acerca del sentido que asume eso que podríamos calificar como “la latinoamericanidad”.

La Dra. Liliana Weinberg subrayó: “Activo hasta el último de sus días, su calidez humana lo caracterizó y lo convirtió en gran organizador de proyectos y ferviente cultivador de la amistad intelectual, convencido impulso de redes, él mismo figura clave en los vínculos intelectuales entre Costa Rica y México. Extrañaremos a este querido amigo del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM de México”.

El docente e investigador Jose Julián Llaguno, alumno de Mario, dice “Él abrió el campo de estudios sobre el anarquismo en Costa Rica, Él tenía la cualidad de encontrar algo único perdido en un archivo y hacerlo un tema interesante, marco una forma de hacer historia social y de cultura”.

Para mí como alumno y colega “su pasión fue una forma pedagógica que llega directo al corazón sin necesidad de intermediarse por la razón. Sentir esa pasión y emoción por la historia es lo que más me cautivó y me hicieron retomar mi propio ímpetu por profundizar sobre lo que me gusta historizar y ensayar.

Su compañero de la Escuela de Historia, Gerardo Morales García escribió “Mario Oliva fue siempre el amigo solidario. Fue un hombre bueno en el mejor sentido de las palabras. El poder burocrático le fue muy circunstancial. Tenía claro que él era un latinoamericanista, un ciudadano de la Patria Grande. Y que su deber era enriquecer la historiografía social y cultural latinoamericana. Para eso trabajó, abriendo campos nuevos que muchos otros historiadores jóvenes retomaron y ampliaron”.

Tan grande y basto es su aporte que hoy devolvemos tan solo un poco con este editorial pero que estamos seguro será solo uno de muchos, pues hay que leer y repasar su obra y dialogar con ella, continuarla, debatirla, prolongarla y mejorarla.

 

Foto: Rebeca Arguedas (2016) en el curso del ensayo en Latinoamérica.

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