El agua se ha convertido en un bien común determinante en la conflictividad socioambiental. Y es que, además de ser un tema central debido a la necesidad de garantizar la calidad y el acceso universal para la población costarricense, el agua también forma parte de la matriz energética, ya que casi un 70% de la producción eléctrica nacional proviene de la generación hidroeléctrica. Últimamente, la tensión entre la producción monopolizada por el ICE, contra la apertura por la generación eléctrica privada, se ha vuelto mucho más fuerte.

Como bien lo han mencionado movimientos sociales y organizaciones comunitarias, Acope ha exigido continuar con su negocio energético, ya sea vendiendo energía al ICE y a otras distribuidoras eléctricas, ofrecer energía para autoconsumo pagando peajes, así como queriendo exportar energía al Mercado Eléctrico Regional. Esta última opción fue la que el gobierno anunció con una propuesta de proyecto de ley, preocupando a varios sectores sociales como movimientos ecologistas y organizaciones comunitarias, quienes rechazan vehementemente cualquier proyecto de ley que permita la exportación de energía hidroeléctrica al Mercado Eléctrico Regional. Esta problemática fue comentada en “Impacto y preocupaciones de exportar energía privada a Centroamérica”, actividad transmitida por el Programa Kioscos el pasado 11 de febrero en su página de Facebook. Se contó con la participación de representantes de movimientos sociales y organizaciones comunitarias, como Ríos Vivos, Comisión Defensora de los Ríos Convento y Sonador, y Unión Norte por la Vida. Don Otto Méndez, vecino de San Carlos y miembro de Unión Norte por la Vida dijo: “estoy harto y cansado de ver la farsa de los productores [privados] de energía, quienes insisten en decir que ese tipo de producción es renovable, cuando tenemos pruebas de que no es así”.

El señor Méndez menciona que, en sus 17 años en defensa de los ríos, está preocupado por este futuro proyecto de ley, ya que no se han considerado los costos ambientales de la generación privada, y se han priorizado los beneficios económicos, que generaría solo para un reducido sector económico. Por su parte, Raquel Bolaños, artista costarricense y parte de Ríos Vivos, ha dicho que “cuando los productores privados firmaron los contratos, ellos estaban conscientes de los plazos de estos y que además tenían una fecha de vencimiento. Es abusivo que, una vez que lleguen los proyectos a este punto, empiezan entonces a reclamar y a presionar al gobierno para que les cambien y mejoren las condiciones. Más bien las comunidades le exigimos al presidente que redacte una ley para prohibir la construcción de nuevos proyectos hidroeléctricos, que son totalmente innecesarios”. Desde la comunidad de Longo Mai de Pérez Zeledón, Jiri Spendlingwimmer, miembro de Ríos Vivos y de la Comisión Defensora de los Ríos Convento y Sonador, manifestó su preocupación ante esta problemática.

Recordó la lucha que las comunidades de la zona sur del país enfrentaron para frenar la construcción de un enjambre de decenas de proyectos hidroeléctricos del 2012 al 2018. “En nuestra comunidad ya tenemos bastantes afectaciones con el monocultivo de piña, ya que utilizan grandes cantidades de agua para el riego de las plantaciones”, ha dicho Jiri sobre este conflicto, indicando que además preocupa el doble discurso donde, por un lado, se habla de demanda energética satisfecha, y por otro lado sobre la necesidad de producir energía para consumo interno y para exportación.

Durante la actividad se contó con la participación del Dr. Osvaldo Durán, quien insistió en que este conflicto lo tienen la sociedad costarricense y los generadores privados de electricidad, ya que desde el año 1990 estos últimos han desarrollado un favorable negocio a costa de un bien común que (en buena teoría) debería favorecer a la gran mayoría de la población. El Dr. Durán enfatizó en la importancia que han tenido las organizaciones comunitarias defensoras de los ríos frente a los impactos por la generación hidroeléctrica, y en especial cuando esta es llevada a cabo por intereses económicos privados. El experto invitó a la población costarricense a reflexionar y llevar acciones sobre esta problemática, ya que detrás de este proyecto se encuentra un gran negocio privado, que busca aumentar sus ganancias, a pesar de los enormes impactos socioambientales que ocasionaría el aumento de dicha producción eléctrica.

 

Tomado de: https://semanariouniversidad.com/opinion/comunidades-se-oponen-a-generacion-electrica-privada-para-exportacion/?fbclid=IwAR3sKa_XxhXuhtSVSiXNmET0S4CioA5wiEbqTTwehOiw6Vxf1nx9OgUhQxM

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