Fuente David Chavarría Hernández en semanario.ucr.ac.cr

La oposición de comunidades como La Curia, en el distrito de Roxana de Pococí, y acuerdos del Concejo Municipal para no otorgar más permisos a las empresas piñeras, no han bastado para detener la expansión a la siembra de este monocultivo en ese cantón de la provincia de Limón.

Desde finales del mes de abril se publicó en el diario oficial La Gaceta la proclama municipal para no autorizar licencias a las empresas piñeras. Pero en La Curia al menos 400 nuevas hectáreas se han cultivado al margen de la ley en las últimas semanas, dejando en evidencia problemas de regulación para contener el rápido crecimiento de esta actividad económica, tan cuestionada por sus impactos ambientales y sociales.

“Sabemos que siguen sembrando, no hemos logrado pararlos de ninguna forma”, sostiene Porfirio Guadamuz, vecino del asentamiento campesino La Lidia en La Curia de Roxana.

En la zona diferentes empresas desarrollan la actividad, entre las que destacan Finca Parismina. La población denuncia que las siembran de piña se hacen sin permisos, además que las empresas actúan de manera apresurada para evitar los controles; “en un día y una noche nos siembran cualquier cantidad de hectáreas, meten unas dragas y preparan el terreno y al otro día ya están sembrando”, opinó Guadamuz.

Mientras, para Mauricio Álvarez del programa Kioscos Ambientales de la Universidad de Costa Rica, las empresas prefieren “jugársela” sembrando piña sin permisos, ya que al existir moratoria no podrían sembrar nuevas fincas; “pero si una autoridad va hoy, se van a creer que son anexos a los sembradíos que ya existían”, aseguró Álvarez.

DESIERTO EN EL CARIBE

En la comunidad de La Curia se ubican al menos trece asentamientos parceleros del Instituto de Desarrollo Agrario (IDA); la población de estas comunidades reclama que gran parte de la tierra antes era utilizada para la agricultura y el ganado, ahora es remplazada por sembradíos de piña, que amenazan con acabar con las actividades económicas de la zona, debido a la proliferación de plagas como la mosca de establo.

“En mi casa hay unas vaquitas, y sí se ha visto afectado desde que llegó la piña;  este  tipo de mosca como que succiona la sangre del ganado; no era como antes que no había esta plaga tan abundante que hay ahora; la producción en leche y carne ha bajado mucho”, señaló Sugeydi Arias, vecina de La Curia.

La mosca es producto del manejo de desechos de la piña, según lo manifiestan vecinos de la localidad; “en una planta empacadora echaban los desechos sin ningún “filtradero”, ni nada hacia un río”, aseguró Porfirio Guadamuz.

La preocupación de la comunidad surge además ante una inminente contaminación de los pozos de agua que abastecen a la población. “No creemos que estemos equivocados, ya que desde que llegaron las piñeras hemos notado muchos cambios, como el secado de los pozos. Todas las atomizaciones de químicos que se le hacen a una piña, aquí con un tiempo lluvioso todo eso va a dar hacia las aguas, porque la piña es muy poco lo que absorbe”, afirmó Guadamuz.

“Los empresarios piñeros no piensan en el daño que nos están haciendo, ya que si bien la mosca es un problema, pero el no tener agua aun peor; por lo que nosotros lo único que pedimos es agua potable y que no se siembre más piña en nuestra comunidad”, espetó María Isabel Rojas.

“La piña abarca todo lo que es madera, deja las tierras limpias totalmente, y la madera la entierran, antes lo que era una zona boscosa parece un desierto”, apuntó por su parte Mariano Aguirre, de la comunidad de La Curia.

Los problemas que surgen producto de la piña, según lo señalan los vecinos de La Curia, provocan que finqueros de la zona prefieran vender las propiedades a las empresas piñeras, aumentando así el número de hectáreas sembradas con este cultivo.

“Han venido comprando mucho más barato de lo que pagaban hace algunos años, ya que ya tienen encerrado al parcelero, y como no se puede tener ganado por las moscas tienen que venderle a los piñeros”, criticó Porfirio Guadamuz.

“Muchos optan por vender las parcelas al verse tan afectados; nos hemos quedado apenas como cuatro finqueros con ganado, parece como que lo quieren sacar a uno pero a la fuerza”, aseveró Sugeydi Arias, vecina de La Curia.

La población que permanece en los asentamientos de La Curia ha optado por organizarse para evitar así ser desplazados de las comunidades; es por esto que se realizan visitas frecuentes a la Municipalidad para conocer las acciones que se están adoptando en beneficio de la población.

“Nosotros no queremos salir de estas parcelas, y esta es la lucha que estamos dando”, aseguró Manuel Castro, vecino de la comunidad.

“Estamos dispuestos a plantarnos con los vecinos para no dejar que se siembren, que se haga respetar el acuerdo municipal, y lo que se publicó en La Gaceta”, aseguró el vecino de la zona, Porfirio Guadamuz.

UNIVERSIDAD intentó obtener una réplica de Piñera Parismina Sociedad Anónima, empresa señalada por los vecinos como una de las que más ha crecido;  no obstante al momento de hacer la consulta se nos indicó que el gerente financiero -quien atendería las dudas- no se encontraba.

Freddy Hernández, presidente del Concejo Municipal de Pococí

¿Pese a la moratoria,  las piñeras siguen expandiéndose, según lo denuncian vecinos del cantón?

-Hay que aclarar que no es moratoria lo que aprobó el Concejo Municipal, sino básicamente que ya la Municipalidad no vuelve a dar licencias por un lapso hasta que se arregle este asunto. Lo que pretendemos es que se inhiba por parte de los productores a extender más las áreas de piña.

Pero a pesar de este intento de regulación, las hectáreas de piña siguen creciendo en Pococí…

-Recuerde lo que es la siembra de piña, le corresponde  supervisar al Ministerio de Agricultora y Ganadería; nosotros como Municipalidad tratamos de controlar a través de las licencias, o sea en este caso no dar licencias para mayor infraestructura de una empresa, pero si las empresas siembran más, la Municipalidad por ley ahí no podría actuar, porque no tiene mecanismos para esto.

Entonces, para qué se limitan los permisos de nueva infraestructura pero se sigue creciendo el cultivo,  que es lo que preocupa a la población.

-Nosotros hemos intentado coordinar con el MAG y el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, ya que nos hemos dado cuenta que hay siembra de piña a espaldas de las instituciones del Estado; nosotros como gobierno local le hemos puesto atención, pero son muy limitadas las acciones que podemos tomar, y ahí es donde usted falla, ya que todo esto nos hace pasar la factura de que somos inoperantes,  porque ya eso le corresponde directamente al MAG.

¿Qué le corresponde a la Municipalidad?

-Si hay una construcción la paramos inmediatamente, ya sucedió hace poco en La Florita, distrito de Jiménez, donde un grupo de vecinos se organizaron y llevaron a la Municipalidad y detectamos que estaban construyendo a espaldas nuestras, mandamos a sellar;  los vecinos nos dijeron que en las madrugadas abrían el portón y volvían a cerrarlo, entonces ya mandamos efectivos de policía. Esto es un trabajo que se necesita coordinar con instituciones para controlarlo adecuadamente.

¿Esta coordinación entre instituciones hasta el momento no ha sido muy eficiente?

-Tenemos un sinsabor en el Concejo, ya que tomamos acciones a lo máximo que podemos hacer como gobierno local, pero hay veces que buscamos a instituciones para coordinar con ellas y no vemos una voluntad por su parte, hemos enviado notas al MAG y al Tribunal Ambiental, pero no nos responden. Ahí es donde uno ve que hay cosas que se manejan en las altas esferas donde a nosotros nos pasan por encima, pero los abogados de la Municipalidad están trabajando para evitar esta burla, no solo a la Municipalidad sino al pueblo en sí.

En el caso específico de las denuncias de la población de La Curia, ¿esta expansión que se está dando es ilegal?

-El lunes pasado llegaron vecinos de la comunidad al Concejo Municipal, enviamos entonces inspectores y ahora esperamos el informe para ver qué acciones podemos tomar al respecto; nosotros estamos en la mejor voluntad de evitar problemas, máxime si se está haciendo a espaldas de la ley, ya que eventualmente se podría dar una siembra ilegal que no cumple con los parámetros normales, porque cuando preguntamos a las empresas si cumplen con los requisitos no nos contestan; eso uno podría pensar fácilmente que no se están haciendo las cosas adecuadamente.

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