Marvin Barquero S. en nacion.com

Ya hay unas 1.000 hectáreas sembradas. Aunque exige riego, calor de verano propicia floración más uniforme. Zona es adecuada para fruta, pero el costo de producción es más alto

El clima seco muy bien definido durante una parte del año en el Pacífico central atrae la producción de piña, pese a que los costos de producción son más altos.

Ya hay unas 1.000 hectáreas en producción en lugares como Pitahaya y Chomes de Puntarenas, en la península de Nicoya (Canjel de Nandayure) y en las cercanías de Quepos, cantón de Aguirre.

Además, la firma Banacol comenzará a cosechar a finales de junio en una plantación de 800 hectáreas, ubicada en Puntarenas, a la par del río Guacimal.
Esta finca se inaugurará el próximo 25 de julio, en coincidencia con la celebración del aniversario de la anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica, dijo Gabriel Montoya, gerente de Bancol.

De cumplirse las expectativas de rentabilidad, la zona del Pacífico central sería el área de expansión piñera en Costa Rica, según afirmó Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep).

Costa Rica tiene en la actualidad un poco más de 40.000 hectáreas netas (no se incluyen ni caminos, ni empacadoras, ni drenajes) cultivadas.

El año pasado, esa actividad generó ingresos por $572 millones, según las cifras de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer).

Atractivo. La ventaja del Pacífico central es que permite tener una cosecha más uniforme todo el año.

Eso evita la salida de mayores volúmenes de la fruta al mercado durante los meses en los que caen los precios.

En el Caribe y la zona norte los productores desarrollaron técnicas de control químico para inducir la floración de las plantas, de tal manera que tienen controlada la cantidad de fruta durante el año.

Pero en esas regiones baja mucho la temperatura entre finales de noviembre e inicios de enero.

La influencia de los vientos del Caribe es la que produce esta condición de las temperaturas.

Ese fenómeno climático induce a una floración natural que los productores no han logrado controlar artificialmente.

La fruta derivada de esa floración sale al mercado entre mayo y julio. Hay una sobreoferta del mercado y se caen los precios.

La Canapep explicó que el valor de la piña al productor nacional en condiciones normales es de $0,32 por kilo, pero en ese período de mayo a julio la cotización cae a entre $0,25 y $0,26 por kilo.

La causa es la sobreoferta de la fruta durante esos meses.

Además, las plantas empacadoras de la fruta incrementan los controles de calidad y se aumenta notablemente el rechazo.

En el Pacífico central, la temperatura entre noviembre y enero oscila entre los 28 grados y los 29 grados Celsius. Esto reduce notablemente la floración natural.

Esa ventaja permite financiar los sistema de irrigación y, en algunas zonas, la colocación de zarán (toldos) para evitar que el sol queme las frutas.

Fincas están en zonas con muy poco empleo

La nueva área piñera del Pacífico central se establece en zonas donde las posibilidades de empleo son escasas, por lo cual las plantaciones tendrán gran incidencia.

Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep) aseguró que las plantaciones son propiedad de grandes empresas o de productores independientes que venden la fruta a las compañías comercializadoras.

Por esa razón, añadió, también hay garantía de aplicación de un paquete de prácticas tecnológicas que respetan el ambiente.

Las firmas comercializadoras piden a los productores aplicar las prácticas que ellas han desarrollado en sus propias fincas.

Las plantaciones están en Pitahaya, Chomes, junto al río Guacimal, y en otros sitios donde la principal ocupación de los vecinos es la ganadería y, en algunos casos, las plantaciones de melón y sandía.

Esos dos últimos productos son grandes generadores de empleo, pero son actividades temporales, que se realizan entre noviembre y mayo y luego no requieren la contratación de personal.

La actividad piñera, en cambio, se mantiene en producción todo el año con volúmenes muy estables de cosecha y exportación. De esa manera, la demanda de plazas también es muy estable.

Chaves dijo que en esta zona del país hay muchas extensiones dedicadas a la ganadería, una actividad que enfrenta problemas. Por eso, en el Pacífico central se puede repetir el fenómeno de cambio de uso de la tierra, de ganadería a piña, tal como se ha dado en la zona norte y en algunos cantones del Caribe.

La demanda por áreas para cultivar la fruta también puede elevar notablemente el precio de la tierra, un fenómeno que también se presentó en el norte y el Caribe.

Canapep calcula que la producción piñera emplea actualmente a unas 27.500 personas en sus más de 40.000 hectáreas netas.

Hasta hace poco, las fincas estaban en el Pacífico sur, en la zona norte y en el Caribe, pero la frontera agrícola se ha cerrado poco a poco en esas regiones, donde el alto costo de la tierra también frenó la expansión de los cultivos.

Prosokioc