Exploraciones mineras durante últimos 40 años revelaron alto potencial. Depósitos están protegidos en reservas indígenas y parque nacional. Iniciativa más reciente fue de grupo que construyó helipuerto en la zona

Ronny Rojasy Esteban Oviedo en nacion.com

Las tierras de Talamanca, en su mayoría pertenecientes a reservas indígenas y al parque nacional La Amistad, contienen potenciales yacimientos de oro y cobre que han sido pretendidos por varias empresas mineras durante los últimos 40 años.

Alcoa, estimó en 1974 que solo en el sitio conocido como Río Ñari, en la reserva Cabécar Chirripó, existe un depósito de 600.000 toneladas de cobre.

Tal cantidad de mineral vale hoy en el mercado internacional $4.800 millones (¢2,5 billones), o sea, la mitad del presupuesto anual del Gobierno Central.

Pero ese yacimiento, de tamaño mediano, es solo uno de 22 posibles depósitos que la Organización de Estados Americanos (OEA) identificó en 1978, con base en investigaciones realizadas por empresas mineras y organismos internacionales en los años 70.

En 1990, el propio Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) señaló en un reporte enviado a la Revista Geológica de América Central: “Estimamos que existe una probabilidad del 90% de que exista un yacimiento (de cobre) no descubierto en Costa Rica, del 50% de que sean tres y del 10% de que sea de ocho o más”.

En el país, nunca se ha explotado ese metal.

Además del río Ñari, entre los sitios de mayor potencial están las zonas de Sukut y Yuani, en la reserva indígena Bribri, cerca de la frontera con Panamá. Así lo indicó una exploración que la Organización de Naciones Unidas (ONU) realizó en 1975. Oro también. A mediados de los 80, la firma estadounidense Fischer-Watt Gold Company Inc. también analizó muestras del suelo de Sukut y halló valores hasta de 7,7 partículas por millón (ppm) de oro.

“Este valor es muy alto y llama la atención. Pero es solo un indicio y necesita un análisis más exhaustivo”, explicó Enid Gamboa, presidenta del Colegio de Geólogos de Costa Rica.

Un depósito de oro como Bellavista, en Montes de Oro de Puntarenas, tiene un valor promedio de 1,67 ppm, según un estudio de los geólogos Carl E. Nelson y Fernando Nietzen publicado hace diez años.

En la zona de Sukut, la firma canadiense Nu-Down Resources Inc. reportó en 1998 a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos un plan para explorar 60 kilómetros cuadrados con un “enorme potencial de depósitos de oro”.

Otras mineras que han intentado incursionar en Talamanca fueron Cities Service Oil Co (EE. UU.), Cooper Range (Australia) y el consorcio Samcosa, integrado por la empresa suiza Allusuisse, la japonesa Mitsubishi y la inglesa Charter Consolidate. En los 90, ocho intentos de exploración fueron rechazados en el Congreso. Sin dudas. La jerarca del Colegio de Geólogos afirma que, por la arquitectura geológica de Talamanca y el conocimiento básico que existe sobre esa zona, “se sabe y se puede inducir que tiene “un potencial importante”.

“La salvación económica de Costa Rica podría estar en la cordillera de Talamanca”, aseveró Enid Gamboa.

En una carta enviada el 11 de marzo anterior a los diputados, el Colegio de Geólogos estimó que el potencial de oro de Costa Rica puede valer $20.000 millones, es decir, 20 millones de onzas. “Esa cifra representa casi 5 veces la deuda externa del país”, reveló el documento.

Aún hoy, Talamanca aviva el interés de la industria minera. El proyecto más reciente lo emprendió el grupo que construyó un helipuerto en el 2009 junto a la reserva indígena Tayní, liderado por el inversionista noruego Helge Haaversen.

Ese grupo trató de aliarse con dirigentes indígenas bribris para que estos gestionaran los permisos exploratorios, sin informar a su comunidad. Pero, los habitantes se opusieron al darse cuenta de ello.

El grupo de Haaversen mantiene vigentes cuatro solicitudes de exploración ante el Minaet para sitios como Sukut y Yuani.

Fernando Nietzen, geólogo que respalda una solicitud, afirmó: “Se sabe que hay un potencial y mi posición es que el país debería saber qué es lo que se tiene”.

No obstante, en parques nacionales es prohibida cualquier actividad y, en reservas indígenas, son necesarias las autorizaciones de sus habitantes y del Congreso. Restringido. Bajo el título de “Restringido”, en 1975, la ONU entregó al Gobierno los resultados de una exploración en Talamanca.

“La disponibilidad de cobre en la cordillera de Talamanca es evidente por la presencia de varias vetas y otros indicios. Además, la existencia del yacimiento de cobre porfídico en Cerro Colorado, Panamá, y un depósito potencial en la cordillera (Río Ñari) confirman de hecho las postulaciones antedichas”, cita el informe de Naciones Unidas.

El cerro Colorado es una extensión en Panamá de la cordillera de Talamanca. Este año, el Gobierno panameño autorizó allí la explotación de un yacimiento de casi 11 millones de toneladas de cobre.

Dicho tipo de cobre está diseminado en la roca. Se explota con minería a cielo abierto, en lugar de túneles, explicó el geólogo Rolando Castillo, quien participó en el estudio de la ONU y fue director de Minería de la antigua Codesa.

El Gobierno actual congeló los permisos para nuevas minas metálicas. Mientras, la presidenta electa Laura Chinchilla anunció que el 8 de mayo firmará un decreto para frenar todas las solicitudes pendientes de exploración y explotación minera a cielo abierto.

Mineras intentaron explorar la cordillera al menos 20 veces

Durante los últimos cuarenta años, numerosas empresas mineras han efectuado, al menos, 20 intentos formales por explotar los minerales de Talamanca.

La existencia de esos yacimientos fue confirmada por compañías y organizaciones internacionales que exploraron la zona en la década de los 70.

Esos grupos perforaron más de 11.000 metros de terreno, tomaron casi 4.600 muestras de sedimentos de río y hallaron cobre, plata, zinc, molibdeno y oro.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Instituto de Ciencias Geológicas de Gran Bretaña también analizaron la zona.

Alcoa, de capital estadounidense, fue una de las primeras en intentar extraer cobre en Talamanca. Le siguieron Cooper Range (Australia), Cities Service Oil Co (Citco, EE. UU.), y el consorcio multinacional Samcosa, integrado por la firma suiza Allusuisse, la inglesa Charter Consolidate y la japonesa Mitsubishi.

Rolando Castillo, geólogo con amplia experiencia en minería, explicó que hace 40 años las empresas del sector estaban a la expectativa de la situación política en Chile (país de larga tradición minera), con la llegada al poder de Salvador Allende. Por eso, exploraron otras regiones del mundo, como Costa Rica y Panamá.

Pero, a finales de los 70, la disminución de los precios y la baja demanda internacional del cobre suspendió las exploraciones.

En esa misma época, se creó la Ley Indígena que adjudicó gran parte de los territorios a las comunidades de Talamanca y se creó el parque internacional La Amistad, lo cual complicó el trámite de permisos para explorar en la zona. Arias impulsó. Durante la primera administración de Óscar Arias Sánchez (1986-1990), la minería en el país recibió un fuerte impulso.

En 1987, el Gobierno organizó, con el auspicio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), la Conferencia Internacional del Oro, en San José, a la cual asistieron numerosas empresas y expertos del sector minero mundial.

Luego, entre 1989 y 1993, la Dirección de Geología y Minas aprobó ocho permisos de exploración minera en Talamanca. Ninguno fue aprobado en el Congreso.

El propio presidente Arias firmó y envió a la Asamblea Legislativa uno de esos permisos, a favor del estadounidense Anthony Worran Cover, el 9 de agosto de 1989.

Otros solicitantes fueron las empresas Minas Blanco S. A. y Sociedad Minera Oceánica, el costarricense Alexis Clausen Zúñiga, la estadounidense Janet Carole Caldwell y el empresario minero canadiense Harry Arvid Hansen, quien pidió, en 1993, autorización para buscar oro, plata y zinc en un área de 19 kilómetros cuadrados en el sector de Telire.

En 1993, la organización Amnistía Internacional advirtió a la Asamblea Legislativa sobre el “uso no autorizado” de los territorios indígenas para minería.

Además, exhortó a los diputados para que no aprobasen ningún permiso sin el consentimiento de las comunidades indígenas de Talamanca.

3.000 km²Extensión de territorio en Talamanca que exploraron durante la década del 70 diversas compañías mineras extranjeras en busca de oro, cobre y otros minerales.

20.000Millones de dólares es el valor del potencial aurífero total de Costa Rica (correspondientes a unas 20 millones de onzas de oro), según un cálculo del Colegio de Geólogos.

1874 Ese año, el investigador estadounidense William Gabb realiza una exploración en Talamanca y revela la existencia de abundante oro en el río Dueri y en el territorio de Sukut.

Firma reservó $100.000 para realizar ‘lobby’

En 1996, la firma canadiense Nu-Dawn Resources Inc. presupuestó $100.000 para realizar lobby en la Asamblea Legislativa y lograr que los diputados aprobasen un permiso de exploración minera en Sukut, Talamanca.

Así lo detalló esa empresa en un informe que presentó a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en ingles), en abril de 1998.

La compañía pretendía reactivar el permiso de exploración 6200, que le otorgó en 1989 el Gobierno de Óscar Arias al estadounidense Anthony Couran Cover.
Ese tipo de permisos requieren ser ratificados en el Congreso, por tratarse de un territorio indígena.

Nu-Dawn invertiría el dinero en “realizar el esfuerzo necesario para obtener la aprobación del permiso de exploración”, señala el informe.

El reporte de Nu - Dawn no especifíca si desembolsó o no ese monto. Pero, señala que el Gobierno tico canceló el permiso 6200 en 1997, por lo que desistió de su plan inicial.

Nu - Dawn, señala el informe de la SEC, había llegado a un acuerdo con un socio (no se reveló la identidad) para explotar la mina, de aprobarse los permisos respectivos.

Para hacerlo, la empresa canadiense debía pagar $75.000 anuales o podía adquirir las acciones de su socio, por $1,5 millones. Sin pagos El excandidato presidencial del Movimiento Libertario, Otto Guevara, fue el abogado de Anthony Couran y se encargó de los trámites del permiso 6200.

“Lo que se buscaba era oro. Esa área (Sukut), aparentemente, tiene un potencial del carajo”, expresó Guevara a este diario.

Couran, relató Guevara, había negociado un acuerdo con la minera estadounidense Fischer Watt Gold Company Inc., para llevar a cabo la explotación en Sukut.

Los diputados no discutieron el permiso, y el proyecto se archivó en 1991. Guevara aseguró que nadie en la Asamblea le pidió dinero a cambio de impulsar el proyecto.

“Nunca supe de que nadie les hiciera a ellos alguna propuesta de que había que pagar”, indicó.

En 1995, la estadounidense Fischer Watt Gold Company Inc. abandonó el proyecto, tras invertir $197.000, según lo detalló la empresa en el informe que presentó a la SEC en 1996.

Por su parte, Nu-Dawn Resources se asoció en 1997 con la firma Minera Oceánica S.A. y la cooperativa de mineros indígenas Bribri Coope Taún Yölök.

Minera Oceánica obtuvo en 1993 un permiso similar para buscar oro en territorios de la reserva indígena Bribri, pero este también acabó olvidado en el archivo del Congreso.


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