Por Zuiri Mendez Programa Kioscos Socioambientales

El ministro René Castro decidió presentarse a la mesa redonda "Detrás del Diquís: La Verdad Sobre el Proyecto Hidroeléctrico”, organizada por la Escuela de Ingeniería Forestal del Instituto Tecnológico de Costa Rica, luego de ausentarse a varios foros sobre el mismo tema organizados en la UNA y la UCR.

Su presencia generó denuncias sobre la decisiones que el gobierno ha tomado en materia del modelo energético, las direcciones del gobierno hacia el trabajo del ICE con las comunidades y las consecuencias socio-ambientales del megaproyecto Diquís en el Sur del país.

El Dr. Nicolás Boeglin llamó la atención en las semejanzas del trámite irregular que da el gobierno a ciertos megaproyectos, llamando al PH Diquís, la “Represa Crucitas”. Entre esas semejanzas se encuentra el decreto de conveniencia nacional del 2008, como herramienta que ha cambiado la legalidad para “burlar” los trámites de permisos ambientales del proyecto hidroeléctrico.

Luego denunció que en abril de este año, René Castro, canciller en ese momento, “mintió descaradamente” sobre la invitación del gobierno al Relator de las Naciones Unidas, invisibilizando la gestión y presión de las comunidades térrabas que plantearon esa visita por el incumplimiento del proceso de consulta establecido en el convenio internacional 169 de la OIT. Visita que no tuvo que ser, si en este país se respetaran los derechos de los pueblos indígenas.

En las repercusiones socio-ambientales, el Dr. Allan Astorga alertó del impacto inmediato que tendría la represa, en la reducción de un 50% del caudal sobre el humedal Sierpe (categoría Ramsar), y de las pérdidas económica, ambientales y culturales de uno de los humedales más grandes de centroamérica.

El ministro por su parte, respaldó la construcción del megaproyecto, aseverando que “el país no se atreve a decidir la alternativa de con qué hacer el desarrollo” por lo que “hay dos opciones sobre el PH Diquís: o hay que ganarse la voluntad de las comunidades, o tendremos que volver al petróleo”.

Estas afirmaciones fueron producto de estimaciones para el 2030, donde señaló que no habría posibilidad de generar más electricidad aún con toda la tecnología disponible y los recursos naturales del país, por lo que sería necesario implementar un “modelo de ecodesarrollo” donde las empresas y el país tendrán que crear nueva tecnología para continuar con el actual modelo de desarrollo que vende energía de buena calidad a empresas como la HP e Intel.

A pesar de la denuncias, las respuestas del gobierno y del ICE continúan inquietando. Ante la pregunta de qué haría el ICE si las comunidades indígenas se negaran al proyecto en un proceso de consulta, el Ing. Elías Alfaro coordinador socio-ambiental del proyecto PH Diquís; afirmó que el proceso de consulta indígena espera se dirija hacia un consenso con mediación.

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